9 comidas típicas de Madrid

9 comidas típicas de Madrid

¿Buscas inspiración para tus comidas en Madrid? ¡Aquí te traigo 9 comidas típicas que debes probar alguna vez si vienes a la capital!

Supongo que, como valenciano que soy, siempre he asociado la comida típica a la paella, pero no a cualquier paella. En España, se tiene la mala costumbre de llamar al arroz con cosa como ‘paella’ y yo que soy Vicent, y no Vicente, lucho incisamente por la denominación de origen.

Al igual que en mi casa cuando la Pepa vivía los domingo eran de paella, siempre he fantaseado con que los domingos en Madrid eran de cocido. ¿Qué hay más castizo que un cocido madrileño?

El hervir del agua sobre la paella, la cerveza de las 12:30 h, el debate de cualquier cosa aleatoria mientras se empezaba a calentar el aceite, la llegada a casa de los más rezagados, la sonrisa del abuelo sentado a la sombra mientras nos miraba con sonrisa pícara a la par que melancólica, la tía sentada en la máquina de coser arreglando cualquier tipo de agujero que hubiésemos podido hacer en nuestra ropa mi hermana y yo la noche anterior, los comentarios de papá sobre la cantidad de arroz que había que poner, mamá pensando en los tuppers que nos va a preparar con lo que sobre… Y es que, yo no sé tu, pero al final, una comida típica en cada casa se convierte en un auténtico ritual digno de conservar pasen los años que pasen.

Si te encuentras en la capital y tú también quieres formar parte del ritual de las comidas típicas, presta atención a esta selección de 9 comidas típicas que debes probar si visitas Madrid.

Las comidas típicas de madrid

Cocido madrileño

Es el gran emblema de la gastronomía madrileña, de eso no cabe duda. Pero, su origen ha sido causa de más de una polémica.

Es uno de los platos insignia de la ciudad y uno de los más queridos por los madrileños de pura cepa. Pero ¿a qué no sabías que su origen fue experimental? ¡Sí, sí! Con los restos de comida que tenían las familias menos acomodadas de la época, consiguieron un manjar como este. El primero de todos data del siglo XVII y, paradójicamente, llegó a convivir en la misma época como comida de ricos, servida en restaurantes lujosos, y comida de pobres, servida en las tabernas más humildes. ¡Hasta la mismísima infanta Isabel comía cocido en la Casa Real!

No hay un buen cocido sin unos buenos fideos y garbanzos. Estos últimos tienes que haber sido puestos a remojo entre 10 o 12 horas antes de la cocción. También, hay que cuidar la calidad de la carne, entre ella de cerdo (chorizo, morcilla y jamón, principalmente); ternera (la de morcillo); y tocino.

Por tradición, el miércoles era el día del cocido en la capital, pero, hoy en día, puedes disfrutar de este todos los días de la semana.

Callos a la madrileña

Junto con el cocido, los callos es otro de los platos más típicos de Madrid. Eso sí, igual que el anterior, se recomienda comerlos en los meses de frío.

Se elabora principalmente con tripas de vacas y se presenta en un cuenco de barro. Suele estar acompañado por rajas de chorizo, morcilla y jamón. Como el cocido, en antaño, este era un plato para la gente más humilde la capital en el siglo XV. Pero, con el paso de los años, fue convirtiéndose en un plato estrella entre la gente de la Corte. Esto llevo a Domingo Hernández de Maceras a presentar una receta de callos, titulada “De manjar blanco de callos de vaca” en 1607.

Huevos estrellados

Pasear por la Latina y no haber escuchado hablar de Casa Lucio es como ir a Valencia y no comerse una paella, ir a Nueva York y no pasar por Time Square o venir a Madrid y no saludar al Retiro.

Desde 1975, la ciudad se ha situado a la cabeza de este plato tan clásico a la par que básico. Aun así, si soy sincero, debo afirmar que la receta procede de Serranillos, un pequeño pueblo de Ávila. Allí, una señora mayor, después de más de un percance con huevos rotos, decidió aprovecharlos encima de las patatas. ¡Benditas casualidades estas!

Bocadillo de calamares

Hay veces que los madrileños se conforman con poco. Una clara muestra de ello es el bocadillo de calamares (¿No es preciso que te hablemos de sus ingredientes, verdad?). Aunque tú también puede que te lo preguntes: ¿por qué uno de los platos más típicos de la ciudad lleva pescado si Madrid no tiene mar? Bien sabido es que, desde el siglo XVI, en las mesas de la capital se servía buen pescado, traído desde Galicia y la costa cantábrica.

Su origen, realmente, sigue estando difuso a día de hoy. Unos dicen que fue por la cuaresma y su imposibilidad de comer carne durante ciertas épocas del año; otros dicen que fue por la influencia andaluza en la gastronomía madrileña; y otros que fue una invención de los más pobres cuando migraron a la capital y decidieron montar bares y tabernas para servir a la Corte.

Sopa de ajo

Es el plato de la disputa entre el reino de Castilla y Madrid. De hecho, algunos se han atrevido a decir que Castilla-La Mancha y Madrid son gastronómicamente idénticas. Aunque, en este caso, algunas fuentes bibliográficas, apuntan a que su origen se remonta a la ciudad de Zamora.

Su composición es simple a la par que humilde: pan, ajo, agua y huevo. A veces y en algunos restaurantes, también suelen acompañarlo con jamón.

Besugo a la madrileña

Aunque puede sonar extraño, al igual que el bocadillo de calamares, que un plato de pescado sea una insignia de la cocina madrileña, así es. Se trata del besugo y, concretamente, se coló entre los fogones madrileños en 1739. Lo hizo de la mano de Manuel de Herrera, quien había solicitado por aquel entonces permiso previo para poder transportar pescado desde la costa cántabra hasta la capital.

Además de besugo (por supuesto), otros ingredientes que debes tener en cuenta son: la cebolla, ajo, patatas, perejil, aceite de oliva, pan rallado, limón, pimienta blanca y sal. ¡Ya tienes una alternativa para acompañar en el vermut la próxima comida de amigos!

Caracoles a la madrileña

O te gustan o los detestas. No hay término medio para este plato. Los caracoles a la madrileña tienen su origen en las viñas que antes había cerca de la capital, exactamente en los poblados de Canillas, Fuencarral o Chamartín, entre otros.

Los más tradicionales están cocinados con un sofrito típico de ajo, el cual le aportaba un toque picante. Esto favorecía a que, en las tabernas de la época, los clientes consumiesen más vino y, por tanto, se ganase más dinero. Actualmente, es una tapa típica servida en muchos bares y tabernas de la ciudad. ¿Te atreves a probarlos?

Gallinejas

¿Has oído hablar alguna vez de las ganillejas? Se trata de tripas fritas de cordero y es uno de los platos más típicos de Madrid y uno de los más habituales en las fiestas de La Paloma y San Isidro.

Empezó a comerse debido a que su ingesta proporcionaba grandes dosis de energía y, además, era un plato bastante barato para la época. Lo típico era consumirlo en las ‘gallinejerías’, servidas en un cucurucho de papel.

Rosquillas de San Isidro

En España, la gente es de buen comer, seguro lo sabrás. Así que toda fiesta tiene que ir acompañado de una tradición culinaria. En el casto de las fiestas de San Isidro, estas van asociadas a las rosquillas de San Isidro.

La leyenda cuenta que fueron creadas por Tía Javiera, vecina de Fuenlabrada, y fue tal su éxito que pronto empezaron a venderse en todos los mercadillos de la ciudad.

Actualmente, se conocen como las rosquillas tontas y listas, diferenciándose la una de la otra en su acabado. Las tontas no llevan ningún acabado, y las listas van bañadas con un azúcar fondant.

¿Con cuál de todos te quedas?

¡Feliz día!

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Vicent Bañuls

AntiGramer, PerioArtista, intensito, alto y content copywriter.

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