¿Has soñado alguna vez con formar parte de un concierto secreto en Madrid? ¡Lo tengo!
Todos, absolutamente todos, hemos cantado alguna vez a pleno pulmón en la ducha. Era momento de confesarlo. Es más, una vez, canté tanto e hice un concierto tan sumamente largo mientras me duchaba que consumí una botella de butano entera. Me sentí el mismísimo Freddie Mercury en su último concierto en Knebworth.
Canto mal, pero canto que es lo importante. Lo canto todo: desde la voz del cantante hasta el coro, pasando por las trompetas entre los estribillos y el tambor del segundo cincuenta. Canto las sintonías de los supermercados, tarareo el hilo musical en las tiendas y me aprendo las canciones de los anuncios publicitarios.
De Madrid dicen que es completamente imposible encontrar un rincón en el centro en el que poder escuchar el silencio. Porque sí, el silencio, aunque suene utópico, se puede escuchar. También dicen que si sueñas muy fuerte las cosas, se consiguen. Y sí, lo conseguimos, vaya si lo conseguimos.
Cómo disfrutar de un concierto secreto en Madrid

Nos citaron a las siete de la tarde de un sábado. Teníamos las entradas desde hacía unos días, pero la ubicación no se nos podía comunicar hasta 24 horas antes del inicio del concierto. Me gustan los secretos y más si estos esconden sorpresas como la que nos tenían preparadas.
El cielo de Madrid puede rozarse, a veces. Tan solo tienes que extender un poco los brazos e intentar acariciarlo con la yema de los dedos. Las nubes tienen el mismo tacto que el algodón y tocar el cielo de la ciudad debe producir la misma sensación que meter las manos en el agua del mar Mediterráneo.

Aparecimos en la terraza de LOOM Princesa. Allí, también habíamos quedado con Cervezas Madriz, Zumos Cuckoo y las bebidas Komvida Organic Kombucha. Nuestro paladar ya tenía la fiesta montada, ahora nos tocaba a nosotros.
Maren sería quien se encargase de la música. Álvaro y Elena, la parte visible de The Attic, asumían el papel de anfitriones y Madrid, por su parte, había prometido un atardecer de esos que tanto nos gustan a todos.

Imagínate la atmosfera. Todos los allí presentes habíamos dejado el reloj en casa, el móvil en el bolsillo y la noción del tiempo se había convertido en una expresión que sonaba a ciencia.
El tráfico en la capital se detuvo, el sol empezó a bailar entre las nubes del cielo de Madrid para poner dentro de unos minutos y todos, en voz bajita eso sí, tarareábamos canciones de una dulce guitarrista que había cruzado la península días antes. Nuestra única preocupación en aquel momento era no hacer demasiado ruido con los brindis, ni con las frutos secos.

En una ciudad en la que todo el mundo vamos corriendo, conseguimos detener el tiempo en un cuarto piso muy cerca de Gran Vía. Ya nos lo habían dicho: si soñamos fuerte, los sueños se cumplen. No pudimos evitarlo y nos sentamos a hablar con Maren. Te dejamos la entrevista aquí para que veas todo lo que nos contó la joven promesa.
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Vicent Bañuls
AntiGramer, PerioArtista, intensito, alto y content copywriter.